Desde áreas ocultas a las que es difícil acceder para limpiarlas hasta peligrosas trampas de suciedad que proporcionan un hogar perfecto para que las bacterias prosperen y crezcan, existen muchos peligros invisibles en los laboratorios mal planificados y gestionados.

A lo largo de mi carrera, he tenido el privilegio de visitar increíbles instalaciones farmacéuticas y sofisticadas operaciones de fabricación. Con un diseño elegante, ergonómico e impactante, muchos de estos espacios de oficina de alta tecnología realmente impresionan. Pero es cuando me asomo entre bastidores cuando realmente empiezo a prestar atención. En una ocasión, mientras estaba en unas instalaciones increíbles de una empresa muy conocida, vi laboratorios preciosos y de aspecto higiénico, con grandes equipos en espacios amplios. Pero luego miré con más atención. Los muebles laminados a alta presión eran estáticos, pero con pequeños huecos entre la base y el suelo: proporcionaban mucho espacio para que la suciedad y las bacterias se acumularan y multiplicaran, pero no para una limpieza eficaz. La maquinaria, grande e impresionante, tenía repisas planas a más de dos metros del suelo, lo que dificultaba su acceso para la limpieza. Vi estantes abiertos con pequeños frascos perfectamente colocados; cada uno un imán para partículas y una limpieza que requería mucho tiempo.

Mejorando la distribución de su laboratorio

Ya sea que se trate de un laboratorio completamente nuevo o de un equipo nuevo que llega a una instalación existente, el cambio brinda una oportunidad de revisar y reevaluar.

Las primeras preguntas que deben hacerse son: ¿Cuál es el propósito del laboratorio y ha cambiado con el tiempo? ¿Qué equipos se utilizan y con qué frecuencia? ¿Cuántas personas trabajan en el espacio y cuál es la corriente y el flujo probable entre cada estación de trabajo? ¿Existen problemas de salud y seguridad relacionados con el equipo especificado, como manipulación de objetos pesados, problemas eléctricos, radiación o COSHH?

Una vez que haya considerado completamente cómo se utiliza el espacio del laboratorio, podrá identificar los problemas actuales y planificar en consecuencia para evitar riesgos de contaminación innecesarios. Para ello, es fundamental contar con la opinión de sus expertos internos: su equipo de limpieza. Como especialistas en su campo, consulte con ellos para identificar posibles áreas problemáticas. Por ejemplo, si sabe que necesitará almacenar docenas de botellas pequeñas, considere la posibilidad de integrar armarios cerrados en el diseño de su laboratorio.

La higiene del laboratorio requiere más que una buena ventilación

El mayor riesgo para la higiene en los laboratorios son las personas y los 10 gramos de piel que perdemos a diario. Si bien usar una vestimenta eficaz protege al personal de materiales potencialmente peligrosos, también reduce el riesgo de fugas de fragmentos de piel. Claro que también se escaparán partículas que albergan bacterias, y es aquí donde una ventilación eficaz puede ayudar a reducir el riesgo de contaminación.

Incluso si no tiene que cumplir con la norma ISO 14644, si cuenta con un sistema de ventilación en su laboratorio, es muy probable que esté controlando el recuento de partículas en el aire. Sin embargo, si bien su sistema de climatización (HVAC) puede ser un aliado eficaz para reducir las partículas en su laboratorio, también debe considerar otros factores. La dirección del aire influye en la capacidad de las partículas para sedimentarse. Por lo tanto, en la etapa de diseño, es fundamental considerar la ubicación de los respiraderos en relación con el uso y el mobiliario. ¿Cómo la disposición y la ubicación del mobiliario dificultan el flujo de aire y aumentan el riesgo?

Una vez instalados, los sistemas de ventilación suelen ser prohibitivamente caros de cambiar, lo que puede hacer que mover muebles y equipos sea una solución práctica en el contexto del flujo de trabajo y las consideraciones de salud y seguridad. No se trata solo de muebles grandes, sino también de artículos pequeños. Incluso un armario pequeño con una parte trasera sólida colocado cerca de un respiradero puede afectar significativamente el flujo de aire y crear un punto de aire estancado, lo que permite la acumulación de virus, bacterias y esporas.

¿Dónde trabajará su personal? Trabajar en un lugar inadecuado durante un período prolongado puede obstruir el flujo de aire y afectar la higiene del laboratorio. Al evaluar la distribución, tenga en cuenta la presencia de personas y consulte con un especialista sobre la mejor ubicación del mobiliario en relación con las rejillas de ventilación y el flujo de aire para evitar riesgos.

¿Mis muebles de laboratorio favorecen un entorno higiénico?

Además de consultar con el personal de limpieza, el mejor método es arrodillarse, observar detenidamente y pasar un paño limpio por las superficies ocultas para comprobar si hay suciedad. Revise los muebles de laboratorio para ver si hay repisas, bordes y esquinas inaccesibles ocultos. Estantes y bordes aparentemente inofensivos pueden constituir puntos de anidamiento potencialmente peligrosos para organismos problemáticos que, en las condiciones adecuadas, pueden multiplicarse rápidamente. Opte por muebles de almacenamiento cubiertos y con repisas inclinadas siempre que sea posible. Para cualquier equipo grande y resistente de su laboratorio, considere colocar una caja extraíble a su alrededor para facilitar su limpieza. Considere muebles móviles (con frenos) para acceder a todas las áreas y facilitar la limpieza a fondo. Si sus muebles no son fáciles de mover, asegúrese de que haya suficiente espacio entre el suelo y la base de las unidades, así como a los lados, para un acceso de limpieza a fondo.

El funcionamiento y la productividad de sus laboratorios son fundamentales. Mantener un entorno limpio y seguro puede ser sencillo y rentable si se aborda correctamente.

Este artículo es una cita del artículo de Sue Springett en labnews.co.uk