La compra de una cabina de seguridad biológica debe considerarse cuidadosamente. Estas cabinas sirven como control de ingeniería primario, la primera línea de defensa para brindar protección al personal, al medio ambiente y/o a los productos contra riesgos biológicos y agentes potencialmente dañinos en entornos de laboratorio, investigación, clínicos e industriales.
La seguridad del laboratorio comienza con la evaluación de riesgos, seguida de cerca por los controles de ingeniería, siendo el principal la cabina de seguridad biológica, que desempeña un papel clave para garantizar que los «microorganismos» infecciosos y las partículas y/o aerosoles potencialmente dañinos puedan manipularse de forma segura.
Realice una evaluación de riesgos detallada con un Profesional Certificado en Bioseguridad (CBSP) o un Higienista Industrial que conozca los niveles de riesgo asociados a los materiales biológicos y productos químicos específicos que puedan utilizarse. Esto determinará el tipo de materiales utilizados en la cabina, así como los riesgos potenciales. La evaluación de riesgos debe centrarse en tres áreas críticas:
1.Protección del personal contra agentes biológicos nocivos en el interior del gabinete.
2. Protección del producto para evitar la contaminación cruzada del trabajo, experimento o proceso que se esté realizando.
3. Protección ambiental contra los contaminantes que se utilizan dentro del gabinete.
Estas áreas contienen riesgos específicos; considérelos plenamente al desarrollar la evaluación de riesgos. Para una evaluación de riesgos exitosa, es fundamental asegurarse de que la información que reciba de su Profesional Certificado en Bioseguridad (CBSP) o Higienista Industrial sea completa.
Existen diferentes clases de cabinas de seguridad biológica según el nivel de protección que deben proporcionar. Dentro de estas clases, existen varios tipos diseñados para satisfacer necesidades específicas. La Fundación Nacional de Saneamiento (NSF) ha establecido estándares de rendimiento que las cabinas deben cumplir para ser clasificadas y listadas como un tipo específico. La norma NSF/ANSI 49 para cabinas de bioseguridad se revisa cada cinco años y se recomienda certificar la cabina anualmente (según NSF/ANSI 49) o semestralmente (según la norma USP).< 797> Para la preparación de productos farmacéuticos compuestos, se requiere la colaboración de un oficial de bioseguridad calificado y un profesional en salud y seguridad ambiental (EHS).
Descripción general de las clasificaciones de cabinas de seguridad biológica:
Clase I: Ofrece únicamente protección al personal y al medio ambiente. Los gabinetes de Clase I son adecuados para trabajos con agentes de riesgo bajo a moderado donde se requiere contención, pero no protección del producto.
Clase II: Una cabina de bioseguridad de clase II debe cumplir con los requisitos de seguridad establecidos para la protección del producto, el personal y el medio ambiente, según lo definido por NSF/ANSI, EN12469 u otra organización internacionalmente reconocida. Dentro de la clasificación de clase II, se han establecido subcategorías para definir tipos específicos de cabinas de clase II.
Clase III: El gabinete Clase III fue diseñado para trabajar y manipular agentes microbiológicos altamente infecciosos, agentes desconocidos y/o para realizar operaciones peligrosas, brindando la máxima protección al personal y al medio ambiente. El gabinete Clase III es completamente hermético a los gases, lo que permite el acceso a la zona de trabajo únicamente a través de un área de aislamiento que puede descontaminarse rutinariamente entre usos.
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