La contención de agentes biológicos y sustancias infecciosas es un elemento esencial para mantener un entorno seguro para los laboratorios biomédicos y microbiológicos, los laboratorios de niveles de bioseguridad y las instalaciones de producción de vacunas.

La protección contra la posible liberación de aerosoles peligrosos en un laboratorio durante la centrifugación requiere buenas prácticas de laboratorio.

1. Primer nivel de protección: Material de laboratorio

Proteja el laboratorio y al personal contra fugas y derrames de aerosoles con cubiertas para baldes y transportadores de microplacas, revestimientos desechables, tubos de sellado y/o tubos con tapas roscadas con insertos/tapones y juntas tóricas.

2. Segundo nivel de protección: Rotores

Los rotores bien diseñados ofrecen biocontención adicional.

Las tapas de doble cierre permiten que el rotor permanezca sellado mientras se transporta a una campana de biocontención para la recuperación de muestras.

Los conjuntos de tapa y tapa para rotores de ángulo fijo y de cangilones oscilantes están diseñados para crear un sello hermético con la junta tórica cuando se utilizan en un entorno de vacío intenso.

La contención de fluido elimina las fugas en la cámara de la centrífuga incluso si los tubos de muestra tienen fugas.

3. Tercer nivel de protección: Centrífuga

La filtración del aire, tanto dentro como fuera de la cámara de la centrífuga, a través de filtros esterilizantes de grado farmacéutico (HEPA), proporciona un nivel final de contención contra aerosoles potencialmente peligrosos creados durante la centrifugación y minimiza el riesgo para el laboratorio y/o el personal.