El almacenamiento de muestras es uno de los pasos más importantes, aunque a menudo se descuida o se documenta insuficientemente, tanto en experimentos como en publicaciones. En la mayoría de los experimentos biológicos, las muestras deben almacenarse antes de su uso, procesamiento y análisis, y la forma en que se almacenan puede afectar significativamente su estabilidad, lo que a su vez afecta la reproducibilidad de los datos.
Por ejemplo, los anticuerpos para inmunotinción y terapias deben almacenarse a -20 °C y descongelarse únicamente antes de su uso. No se recomiendan múltiples ciclos de congelación y descongelación. A temperaturas más altas, los anticuerpos pueden volverse inestables, desnaturalizarse y perder su especificidad y bioactividad.
Otro buen ejemplo es el biobanco, donde las células deben almacenarse a -80 °C para conservar su funcionalidad tras la descongelación. Cuando las células se almacenan a temperaturas superiores a la recomendada de -80 °C y la temperatura disminuye demasiado lentamente durante la criopreservación, se pueden formar cristales de hielo dentro y fuera de las células, lo que reduce su viabilidad tras la descongelación.
A continuación se presentan algunos factores a tener en cuenta para almacenar sus muestras de manera eficaz:
Control de temperatura
Los refrigeradores y congeladores , incluidos los ultracongeladores que alcanzan temperaturas de hasta -80 °C y los criocongeladores que pueden alcanzar hasta -150 °C, son equipos que se utilizan comúnmente para preservar la integridad de muestras biológicas, como proteínas y ARNm, que pueden verse comprometidas a temperatura ambiente. Es importante poder programar o controlar la velocidad de cambio de temperatura. Por ejemplo, durante la criopreservación, la velocidad óptima de cambio de temperatura debe ser de aproximadamente 1 °C por minuto para maximizar la viabilidad celular después de la descongelación.
En segundo lugar, la apertura y el cierre del almacenamiento en frío pueden provocar fluctuaciones de temperatura, por lo que es necesario encontrar un instrumento que pueda eliminar rápidamente el exceso de calor para restablecer la temperatura deseada. Por ejemplo, el almacenamiento en frío con tecnología de aislamiento al vacío puede reducir la transferencia de calor con el exterior. Muchos congeladores modernos también permiten abrir los diferentes compartimentos por separado. Esto ayuda a evitar la pérdida prolongada del control de la temperatura cuando varios investigadores necesitan acceder al equipo para almacenar o recuperar muestras sucesivamente.
La capacidad de verificar y recalibrar la temperatura también es crucial, ya que el sensor térmico interno de las cámaras frigoríficas antiguas puede fallar. Si no es posible recalibrar, resultaría engorroso trasladar todas las muestras a una cámara frigorífica de repuesto para reemplazar o reparar el sensor. Finalmente, la cámara frigorífica debe ser compatible con refrigeración de respaldo, ya que eventos como desastres naturales podrían interrumpir el suministro eléctrico y destruir muestras y proyectos.
Requisitos energéticos
Para mantener una temperatura constante, los refrigeradores y congeladores requieren una enorme cantidad de energía para eliminar el exceso de calor. Dependiendo del tipo de refrigerante y del diseño del compresor, los productos más eficientes energéticamente pueden consumir hasta un 50 % menos de energía, lo que puede generar ahorros sustanciales en costos operativos a largo plazo. Además, a medida que las instituciones de investigación y las empresas se comprometen con los objetivos climáticos, la eficiencia energética del almacenamiento en frío se está convirtiendo en un factor de compra cada vez más importante. Los compradores pueden buscar certificaciones como Energy Star, que ofrece un menor consumo de energía.
Compatibilidad con el laboratorio y los usuarios
Además de los requisitos técnicos, también es útil considerar cómo el almacenamiento en frío se adapta a los perfiles del laboratorio, los usuarios y sus proyectos. Los refrigeradores y congeladores verticales podrían optimizar el espacio de los laboratorios con limitaciones de espacio, mientras que el diseño inferior de los congeladores horizontales puede ser más adecuado para usuarios con discapacidades físicas y facilitar la extracción de muestras. Dado que la tendencia del teletrabajo ha llegado para quedarse, los laboratorios también podrían considerar la posibilidad de adquirir un almacenamiento en frío con conexión wifi para acceder de forma remota y comprobar, gestionar y ajustar parámetros como la temperatura y la alarma.
El almacenamiento de muestras es un paso esencial en la mayoría de los experimentos biológicos para mantener su integridad y generar datos reproducibles y precisos. El uso de una lista de verificación que incluya factores como el control de temperatura, los requisitos energéticos y la compatibilidad permite a los responsables de laboratorio tomar decisiones de compra acertadas y maximizar la productividad de su investigación.
Get Social