El almacenamiento confiable y el monitoreo de la temperatura son esenciales para mantener la cadena de frío y evitar pérdidas catastróficas de vacunas.

La clave para completar con éxito las campañas de vacunación es almacenar las vacunas de forma segura hasta su administración. Cada vez que las vacunas entran en contacto con el calor, el frío o la luz, pierden eficacia. Para mantener un ambiente ideal, las vacunas suelen almacenarse en refrigeradores y congeladores específicos —o ultracongeladores (ULT) en el caso de la nueva vacuna de ARNm contra la COVID-19 de Pfizer— diseñados específicamente para este fin. Sin embargo, esto no garantiza su conservación. En enero de 2021, un hospital de Asuntos de Veteranos en Boston, Massachusetts, informó de la pérdida de 1900 dosis de la vacuna contra la COVID-19 de Moderna después de que el personal de limpieza desconectara accidentalmente la unidad de almacenamiento en frío y la alarma del congelador no sonara.

Para garantizar un almacenamiento exitoso de las vacunas y evitar pérdidas catastróficas de vacunas, los centros de atención médica deben seguir estos cuatro pasos clave.

1. Seleccione y comprenda su unidad
Dado que cada vacuna requiere diferentes temperaturas, elija una unidad de almacenamiento en frío de grado farmacéutico o diseñada específicamente para mantener eficazmente el rango de temperatura objetivo. En promedio, los refrigeradores diseñados para almacenar vacunas operan en un rango de 2 °C a 8 °C, los congeladores entre -50 °C y +5 °C, mientras que los ultracongeladores alcanzan temperaturas ultrafrías (de -86 °C a -60 °C) que los congeladores estándar no pueden alcanzar.

El almacenamiento confiable y el monitoreo de la temperatura son esenciales para mantener la cadena de frío y evitar pérdidas catastróficas de vacunas.
En el caso de los ultracongeladores, el tipo de compresor puede afectar su vida útil. Un sistema con un solo compresor tiene un ciclo de enfriamiento, mientras que en un sistema dual, los compresores operan en turnos superpuestos, compartiendo la carga para una mayor durabilidad. Sin embargo, tenga en cuenta que alternar entre los dos compresores implica que la temperatura dentro del congelador del sistema dual fluctúa +/- 5 °C.

Las unidades de almacenamiento frigorífico requieren una buena ventilación alrededor del exterior y entre las unidades y deben mantenerse en una habitación con temperatura ambiente estándar (20 °C a 25 °C).

Además, considere el espacio necesario para almacenar las vacunas correctamente. En general, las vacunas deben almacenarse a una distancia de 5 a 7,5 cm de las paredes interiores y el techo para facilitar la circulación del aire dentro de la unidad, lo que ayuda a mantener una temperatura uniforme y a que se recupere rápidamente tras abrir las puertas.

2. Supervise su unidad
Cuando las puertas no sellan correctamente o se dejan abiertas accidentalmente, la temperatura interna se ve afectada. Una fuga causada por una puerta mal sellada modifica lentamente la temperatura y puede tardar varias horas en activar la alarma del refrigerador o congelador. Los contactos de puerta garantizan el sellado de las puertas, alertando inmediatamente al usuario de una puerta mal cerrada antes de que la temperatura se altere significativamente y se pierdan las vacunas.

Pero si bien los contactos en las puertas pueden ser un sistema eficaz de alerta temprana, un sistema de monitoreo de temperatura preciso y confiable es esencial para proteger la integridad de las vacunas almacenadas en el interior.

Los registradores de datos digitales (DDL) pueden utilizarse para registrar y visualizar la temperatura dentro de la unidad. Sin embargo, los DDL solo registran las temperaturas a intervalos establecidos, como cada 30 minutos, y no registran las condiciones ambientales entre intervalos. Por lo tanto, para cuando un usuario recibe una alerta sobre un cambio significativo de temperatura, las vacunas podrían estar ya en peligro.

La mejor manera de evitar la pérdida de vacunas es utilizar un servicio de monitoreo en tiempo real las 24 horas. El monitoreo continuo en tiempo real, mediante un dispositivo de monitoreo de temperatura (TMD), ubicado en el centro del stock de vacunas, refleja la temperatura real de las vacunas en todo momento, eliminando cualquier incertidumbre. El monitoreo continuo también registra las tendencias de temperatura a lo largo del tiempo, previniendo cambios significativos de temperatura antes de que ocurran, a la vez que proporciona información importante sobre la eficiencia del funcionamiento de la unidad en su conjunto. En relación con el reciente incidente en el Hospital de Asuntos de Veteranos de Boston, un sistema de monitoreo 24/7 habría alertado al personal en cuanto la temperatura dentro del congelador comenzara a cambiar, lo que podría haber salvado las 1900 dosis de la vacuna contra la COVID-19.

Además de brindar tranquilidad a través de alertas en tiempo real sobre desviaciones de temperatura, un servicio de monitoreo en tiempo real proporciona las tecnologías más actualizadas y puede ayudar a administrar las tareas de monitoreo, para que el personal clínico pueda concentrarse en lo que más importa: vacunar a los pacientes.

3. Mantenga su unidad
El mantenimiento de las unidades de almacenamiento de vacunas es fundamental para proteger las existencias de vacunas y la seguridad de los pacientes. El mantenimiento regular incluye la calibración de los TMD con un dispositivo estándar tras la compra y posteriormente cada uno o dos años, o según las recomendaciones del fabricante, ya que los TMD pueden variar con el tiempo.

Además, tenga en cuenta que los factores ambientales pueden afectar las unidades de almacenamiento en frío. Es importante supervisar las condiciones de la habitación donde se ubican las unidades y, en climas estacionales donde la temperatura ambiente puede fluctuar, ajuste el termostato para mantener una temperatura ambiente uniforme.

El mantenimiento de rutina también incluye revisar los sellos y las bisagras de las puertas, limpiar rápidamente el interior para evitar el crecimiento de bacterias y hongos y vigilar las heladas, que pueden interferir con la circulación del aire y los sellos de las puertas.

4. Prepárese para emergencias
Las situaciones de emergencia suelen ocurrir cuando menos las esperamos. Contar con un protocolo de emergencia puede prevenir pérdidas catastróficas de vacunas. Un protocolo de emergencia debe incluir un método de almacenamiento alternativo, como una unidad de almacenamiento de respaldo en caso de fallo de la unidad, o un plan para transportar las vacunas a otras instalaciones en caso de un corte de energía en toda la instalación. Un sistema de monitoreo de vacunas (TMD) en tiempo real con conectividad 4G a través de una red móvil también puede ayudar a evitar interrupciones de datos o alertas perdidas debido a problemas de conexión a internet, proporcionando un monitoreo preciso durante un corte de energía.

Conserve varias copias del protocolo de emergencia, tanto dentro como fuera de las instalaciones. En caso de que las vacunas se expongan a temperaturas fuera del rango recomendado durante un período prolongado, documente el incidente, etiquete las vacunas expuestas y manténgalas separadas del resto del inventario de vacunas hasta que sepa si aún son viables. Por último, corrija cualquier cambio de temperatura ajustando el termostato interno de la unidad.

Independientemente del rango de temperatura de su unidad de almacenamiento en frío, el monitoreo activo continuo es la mejor manera de garantizar que la temperatura interna se mantenga dentro del rango para mantener las vacunas seguras.